El profesional y veinticinqueño por adopción, que durante años estuvo al frente de La Biznaga, relata su experiencia que desde enero viene llevando a cabo en el país ubicado del otro lado de la cordillera.
“La primera vez que pisé La Biznaga sabía muy poco de caballos, pero hoy puedo decir que pasé gran parte de mi vida en el haras y ahora tengo un tremendo desafío acá en Chile”.
expresa Martín Alberto Ferrari, médico veterinario argentino y veinticinqueño por adopción. Es que Martín está al frente del Haras don Alberto, firma equina de la familia Heller Solari.
“Me encantan los caballos y cuando me dijeron que se vendía La Biznaga no lo podía creer, porque hay un apego muy grande más allá de lo económico y profesional”, confiesa Ferrari en diálogo con el portal MOTIVAR.
“Tengo 62 años y es una caricia al alma que me venga a buscar uno de los mejores haras de Sudamérica, por ese tomé el desafío y desde el 3 de enero me instalé en Los Ángeles, al sur de Santiago, como gerente de producción”, indica el veterinario.
TRABAJO EN CHILE
“Una de las primeras cosas que queríamos modificar con el equipo era el encierre, porque ellos encierran mucho los caballos, tienen un manejo diferente a lo que solemos hacer en la Argentina. Sin embargo, en cuanto a los resultados finales los potrillos son exactamente iguales, donde la única diferencia puede encontrarse en la mansedumbre”, Manifiesta Ferrari.
Pero: “Si bien los caballos deben estar al aire libre y hacer ejercicios, en este caso, no impide que el haras chileno gane todas las estadísticas desde hace años”, suma.
En tanto, subraya que dicha “zona es deficitaria en selenio y acá cada tres meses se dan inyectables para cubrir el déficit por lo cual quiero ver si lo podemos incorporar en el alimento balanceado”
Martín es gerente de Producción de Haras don Alberto
“Al ser argentino es difícil implementar los cambios, primero me tienen que conocer como persona, que crean en mi proyecto y que ellos también estén seguros de lo que propongo”, relata.
AGRADECIMIENTOS CON NOMBRES DE NUESTRO PUEBLO
“Fueron años de aprendizaje a la par de entrañables colegas, como el jefe veterinario Gustavo Bado, cargo que terminé ocupando en 1993, Ricardo López Echenique, Susana Wacholder, Leticia Marco, Juan Pablo Mondeli, Florencia Nerone y mi esposa en neonatología”, finaliza.
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