A raíz del tratamiento que tuvo en el Concejo Deliberante de 25 de Mayo, en la sesión del pasado lunes, sobre la Batalla de “La Verde”, la concejal Claudia Lobosco dio su parecer respecto de algunas cuestiones que surgieron del debate.
Dijo la edil: “Quienes no conocen el texto de la Ordenanza aprobada en el Concejo Deliberante el pasado 8 de julio y sólo se informan a través de las redes sociales pueden hacerse una idea equivocada de los objetivos propuestos en este proyecto y, en consecuencia, del espíritu de la norma”.
Lobosco agregó que “Reducir lo sucedido en “La Verde” el 26 de noviembre de 1874 al concepto de “Golpe de Estado” es negar la singularidad del hecho y por lo tanto obturar el conocimiento de nuestro pasado, objetivo esencial del proyecto”.
Más adelante, la concejal añadió que “una de las máximas para aquellos que hacemos del pasado nuestro objeto de trabajo -en este caso un Proyecto de Ordenanza para conmemorar el aniversario de un hecho de trascendencia nacional sucedido en parte a escala local- es no caer en el anacronismo. Según el gran historiador Lucien Fevbre el anacronismo es “el pecado más imperdonable de todos”. ¿Qué significa ello? Según el diccionario de Robert es la “Acción de ubicar un hecho, una costumbre, un personaje, etc., en una época diferente de aquella a la cual pertenecen o que realmente les corresponde”.
“Esto quiere decir que los hechos históricos deben ser entendidos desde las coordenadas temporales y espaciales que les son propias y no desde el presente. Los hechos y procesos históricos se desvirtúan, se falsean, si los entendemos desde nuestros propios conceptos y valores. Uno de los riesgos más comunes es el uso de vocabulario impropio, es decir el uso de vocablos que subsumen la pluralidad de lo social y del individuo en un término abstracto, implican la trasposición de un lenguaje a un contexto ajeno”, añadió.
Claudia dijo también que “teniendo ello presente, el proyecto que presentamos, lejos de clausurar el proceso de conocimiento etiquetando la batalla de “La Verde” con un concepto propio de la vida política del siglo XX, pretende abrir preguntas y cuestionamientos, única forma de crecer como sociedad. De ahí que los actos conmemorativos de la batalla no se reduzcan a un acto central el día 26, sino que abarquen charlas divulgativas, el diálogo con instituciones de distintas escalas territoriales y la participación de diferentes agentes sociales”.
Luego manifestó que “no se trata de concluir el debate concluyendo que 25 de Mayo fue un bastión en la defensa de la democracia contra un intento de “golpe de Estado”, sino promover la investigación y el conocimiento a través de nuevas preguntas: ¿Por qué Mitre no aceptaba el resultado electoral? ¿Cómo se desarrollaban los procesos electorales de la época? ¿Fue diferente el proceso electoral de 1874 de aquel de 1962 que lo hizo presidente a Mitre? ¿Qué rol jugó la comunidad de 25 de Mayo en el enfrentamiento? ¿Hubo consecuencias a nivel local en el futuro inmediato por la postura tomada en el enfrentamiento? ¿Por qué fue una “revolución olvidada”? ¿Tuvo lugar en las referencias históricas locales? ¿Por qué recién después de 150 años cobra visibilidad en nuestro Partido un hecho de tanta relevancia en los destinos nacionales?”.
Y concluyó diciendo: “Con este proyecto no sólo invitamos a la comunidad a un acto, sino a pensar y a participar. Estamos convencidos de que el conocimiento crece con preguntas y no con conclusiones”.