Entrevista exclusiva con uno de los personajes populares más conocidos de 25 de Mayo. No te pierdas esta breve historia
Esta mañana, en horas tempranas, el equipo de 25 se informa salió en búsqueda de noticias.
El pueblo, debido a el comienzo de Semana Santa, dormía.
Al volver por ruta 46 llegamos a la conocida Rotonda de la Mulita y dimos con ella.
Personaje popular que acechó durante varios años a veinticinqueños y veinticinqueñas en diferentes barrios del pueblo y a la salida de boliches.
Fue así que nos detuvimos y nos dio, sin problema alguno, esta entrevista.
– Llorona, ¿qué hace acá?
-Estoy viendo el salir del sol y ahora me vuelvo a regar.
– ¿Asustó a alguien anoche?
-La última vez que asusté a alguien fue a la salida de Ritrovo, el 16 de mayo del 90.
¿Usted se encuentra asustando gente?
-No
¿Por qué?
-Porque desde que me hice mi cuenta de Instagram, con la idea de empezar a asustar por ahí, no salí más. Aparte, la inflación. Esta cosa blanca la tengo desde hace 24 años. Mirá- nos muestra- se me agujereó. Pido a alguna casa de ropa que me ayude. De paso dejo la cuenta para que me siga toda persona que tenga miedo: @lalloronadeveinticinco
La llorona está más llorona que nunca. Camina renga. Se esguinzó recogiendo unas chauchas en su quinta, es media vegana, nos dice, porque la carne está cara. Volviendo a su salud, en realidad, la muy cabezona, se pegó un palo bárbaro, está hecha pelota.
– ¿Qué registro vocal tiene su llanto?
-Estuve en el coro veinticinqueño, fui parte. Me dijeron que soy barítono lírico.
¿Su nombre?
-No te lo puedo decir, pero me podés llamar Jorge Graciela.
-Bueno, gracias. La podemos volver a visitar para una futura nota.
-Claro que sí. Pasen por la Mulita. Voy a estar regando la semana que viene. Hay mucha sequía y da cosa que el pasto no crezca. Viste que por la tarde se llena de familias.
La llorona es bastante buenona. Nos adelanta que sacó un tema.
-Les voy a dar la exclusividad a ustedes. Se llama llorohankock, lo grabé en el estudio de mi vecino Mario Povisoro.
-Gracias, Jorge Graciela Llorona.
-De nada, me voy a programar mi próximo susto por Instagram y ojalá que Massa baje la inflación.
Nos deja. Cruza la ruta. Se tropieza. Se pega un palo bárbaro. Se incorpora llena de pasto. De repente, menea sus caderas. Desde su celu suena un tema de Adrián y los dados negros. Pasa un camión. Se esfuma.
Volverá.
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