En el fragor de las redes sociales, lugares en donde poco nos escuchamos, aparecen personas detrás de nombres virtuales que opinan y citan desde el anonimato. Además, han llegado a mentir mediante el uso de nombres ajenos. Lo peor de todo es que nadie sabe quién lo dice, pero es peligroso porque está tomado cierta legitimidad. El consumidor final de noticias, nosotros, somos responsables ante tanto charlatán que no pone la cara.
(Por Leo Baldo. Breve columna de opinión)
Quiero poner nombres: Info 25 y Realidad 25 son dos páginas de Facebook (cualquiera puede armarla) que tienen como fin, no operar, sino parcializar la realidad de manera permanente. Esto no está mal, desde lo partidario, pero si se entra en ese juego, es deleznable decir algo como ente. Nadie firma. Lo dice el aire, la página. Los entes no escriben ni piensan.
¿Cómo nos hacemos cargo? Simple, si atravieso un género periodístico como columna de opinión, entrevista o crónica y se firma.
¿Quién anda ahí detrás?
Apunto a estas dos páginas de Facebook con el fin de alertar sobre el juego perverso de algunas personas que detrás de celulares o pc s y, desde la carencia absoluta de honestidad, juegan de escribientes en contra del periodismo y del vecino.
Lo digo de otra manera:
La publicación de artículos así, sin la firma de un autor que se haga responsable de su contenido, y por tanto de su veracidad, traspasa una raya roja que menoscaba la credibilidad de los ciudadanos en el periodismo.
En fin: El anonimato digital potencia el periodismo amarillo y deteriora toda posibilidad de discusión, porque del otro lado hay una audiencia cada vez más desprevenida ante tanta cantidad de información.
Al menos, cuando jugábamos al teléfono descompuesto mediante el entorno real, sabíamos de nuestras caras y de nuestras mentiras en ese juego que imponía un código.
Dejar un Comentario
Debes haber iniciado sesión para comentar en este post.