Biblioteca Constancio Vigil de Plaza Italia: Una historia de amor, comunidad y contención

Desde 25 se informa tuvimos el enorme agrado de conversar con Lito Carmone y Carlos Pérez. En esta nota, en la que repasamos los inicios de la biblioteca, los entrevistados dejan bien en claro la importancia de los libros y charlas debate dentro de una institución deportiva. Además, la contención.

(Por Leo Baldo)

Cuando la sociedad piensa en un Club enseguida se le viene a la cabeza el deporte. Para el caso de Plaza Italia, hay una excepción.

“En una cena de aniversario me entregan el carnet de socio vitalicio. Era el año en que Federico Bustingorry presidía por primera vez el club”, relata el conocido Lito Carmone. Federico lo invita a pasar ante las personas que asistían para que hiciera uso de la palabra: “Si bien es cierto que Plaza Italia había nacido con una pelota sobre la mesa, no era solamente un club de fútbol”, destaca.

La función social de la institución. Contener, contenerse. Hay un lugar.

“En términos deportivos, más allá de Plaza Center, Plaza Italia está marcando un rumbo debido a la cantidad de deportes que se practican”, dice.

Lito recuerda que antes había bochas, tenis, taekwondo. Destaca las canchas de tenis. Muchas personas van a practicar el deporte sobre el polvo de ladrillo. Socias y no socias. Son seis canchas de tenis y mantenerlas no es para nada fácil, como no fue fácil hacerlas.

Es que a nivel nacional fue la catapulta, por ejemplo, para que Juan Estevez represente internacionalmente a 25 de Mayo y Argentina

Carmone y Pérez

LA BIBLIOTECA CONSTANCIO VIGIL:

Lito integra el grupo de fundadores. Hace ya más de 55 años, era el segundo hogar de ellos. Ahí disfrutaban de los entretenimientos de la época, pero prendió en ese grupo una “onda cultural”. La llama que los puso a soñar y luego a trabajar, fue la siguiente:  publicar mensualmente un periódico mural “El bichito Colorado” con las noticias más relevantes de la vida institucional. Las mismas estaban pegadas en el pizarrón de la entrada a la sede social.

El grupo lo integraban: Rubén Borda, Alberto Rocha, Lito Carmone, Coquín Gastaldi y Pocho Faga. En una edición especial en colores lanzaron una idea bohemia y soñadora: fundar una Biblioteca en su querido Club.

En la década del 60 el grupo que soñó y logró había formado una especie de comisión de fiestas. Carmone, Borda y Rocha, venían del colegio Normal. El tridente con título de magisterio bajo el brazo. Pensaron hacer un periódico mural, tipo pizarrón, en la entrada de la escuela. Eso precede al “Bichito Colorado”. Luego comienzan a publicar una revista mensual para hacérsela llegar a todos los socios.

Inmediatamente vino la idea de hacer un anuario en colores. En la página central de aquel anuario lanzan la idea de la biblioteca.

“Lo imprimíamos en el Diario La Mañana. Es casi en paralelo al nacimiento del periódico local”, relata lito. Después se funda el diario. Imprimían en una imprenta que había instalado “Coco” Passarini en la calle 28. También estaba Carlos Maldonado, quien fue socio fundador de La Mañana. Trabajo hecho y ahí se origina la Biblioteca Pública y Popular, Constancio E Vigil.

Lanzaron la campaña Pro Biblioteca, organizando eventos sociales cuya entrada era un libro. Se sumaron al grupo: Fusi Chiesa, los hermanos Ochoa, hermanos Bovino, Lidia Otero, Mabel y Olga Vignao, Pelusa González y Kity Grisoto. Por unanimidad se aprobó el nombre de Constancio C Vigil, fundador de una editorial y escritor de cuentos infantiles.

Llegó el 8 de julio de 1966, se realizó la inauguración, con presencia de autoridades, socios y vecinos, como así también, miembros de la Editorial Atlántida (propiedad de la familia Vigil). Nombran a la señora Ema Giudice de Carmone como madrina.

En esa época la Editorial Atlántida, fundada por una familia uruguaya radicada en Argentina, estaba muy en boga.

“Plaza Italia no es un club de barrio, es más que un club de barrio”, relata Carmone. Es que la institución se representa con 5 barrios que nutren al club. De un lado de la vía y del otro. Muchos de los jóvenes que asisten al centro se están formando con el acompañamiento de profesores y el día de mañana, quién sabe, pueden ser jugadores de fútbol o profesionales de otras áreas. La biblioteca, ahí, con la lectura como soporte emocional para la formación.

Hubo personas que se hicieron socias de la biblioteca y que no eran socias del club. Se nutrían del material bibliográfico.

Lito hace un parate y evoca emocionado a una persona que le dijo: “Para mí fue un orgullo terminar la secundaria. Fue gracias a la biblioteca, ya que no podía haber costeado el material”. Se refiere a Marcelo Ledesma, quien ha impreso en su comercio una maravillosa edición en el año 2015 sobre la historia de la biblioteca.

“La biblioteca funcionó hasta la pandemia”, relata Carlos Pérez. “Pasaron los años, acrecentándose la actividad, el municipio aportó el sueldo de la docente bibliotecaria y se sumó apoyo escolar, para la gente que no podía abonar en forma privada”, agrega.

“Chacha Besabe presidió con muy buena gestión un período extenso. Posteriormente con la llegada de la pandemia, se debieron cerrar las puertas”, destaca.

“Nosotros a la biblioteca le vamos a dar el siguiente esquema. En primer lugar, la biblioteca funcionará de manera tradicional, viene cada vecino y lee un libro, pero, además, ante esta modernidad, vamos incluir los medios necesarios para que nadie quede afuera. Por ejemplo, libros digitales para que las personas los puedan bajar directamente desde su computadora o celular”, indica Pérez en relación a las nuevas tecnologías. La puesta es fuerte. El medio es el mensaje. Además, revela que van a adecuar los contenidos para personas sordas y ciegas. Hacer material accesible.

Actualmente tienen pensado conformar un pequeño grupo de apoyo entre los cuales se encuentran alumnos del Instituto de Formación Docente y técnica n°28, Valeria Rodríguez García, Jonathan Farias, Katherine Sewaka,  (encargados del apoyo escolar),  Florencia Subizar y Elena Rodríguez,  (bibliotecarias), Carlos Sciallo,  Raúl Carmone, Carlos A Pérez, (como colaboradores y miembros  de la Comisión Directiva).

 ACTIVIDADES

La cuestión es variada y para todos los gustos: Apoyo escolar, actividades Institucionales, espacio para realizar Charlas sobre diferentes temas inherentes a toda la comunidad, ecología, Integración, etc. Teatro Leído para niños, adolescentes, mayores. Talleres gratuitos de Manualidades, son muchas de las actividades que van a realizar desde la biblioteca.

“Todo esto con importante apoyo Municipal del Sec de Cultura y Deportes José Canullán y el Subsecretario de Cultura y Deportes Prof Fernando Herraiz”, suma Carlos Pérez.

“Tiene que ver con el eje central de un club: la solidaridad”, destaca Carlos. Es que el fútbol es un medio para que los chicos se integren y estén contenidos, vinculándose entre ellos. Plaza Italia es grande como el corazón de sus socios y colaboradores. Deporte, espíritu e intelecto.

“Desde la biblioteca vamos a brindar a niños, adolescentes y adultos, todas las herramientas para que puedan acceder a contenidos. Para que esos padres que no pudieron leerle a sus hijos vengan acá y escuchen algún cuento por parte de algún docente”. La pedagogía es central para Pérez.

La lectura tiene muchos beneficios para nuestra mente y nuestra vida en general, como ampliar nuestros conocimientos. La lectura es una forma de aprender y adquirir nuevos datos sobre diversos temas, desde historia, ciencia, literatura, política y muchos más. Leyendo, podemos expandir nuestros horizontes y adquirir nuevas perspectivas y habilidades.

De la misma forma, la lectura puede ayudarnos a desarrollar la empatía. Al leer sobre personajes con diferentes perspectivas y experiencias, seremos capaces de mejorar nuestra capacidad para entender y conectar con los demás.

“Sin bibliotecas, ¿qué tenemos? Ni pasado ni futuro”. Ray Bradbury, escritor y autor del libro Farenheit 451.

Además, Lito y Carlos relatan que hace días atrás el profesor de educación física y emergentólogo, Marcelo Delapena, dio un curso de RCP al cual fueron muchas personas. Le agradecen.

Queda claro que Plaza Italia va más allá del deporte. El sentido de comunidad emana de las voces de Lito y de Carlos. Ninguno de los dos puede imaginar su vida sin “El Capillero”.

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