Columna de opinión escrita por el comunicador y locutor, Alejandro Passarini. Un notón.
Vivir en un mundo en constante cambio económico supone un desafío significativo para muchas personas en la actualidad. Los aumentos en el costo de vida, que abarcan desde alimentos y servicios básicos hasta vivienda y educación, pueden generar estrés financiero y dificultades para mantener un nivel de vida adecuado. En esta nota exploraremos estrategias y consejos prácticos para afrontar los desafíos de vivir con constantes aumentos en el costo de vida.
Particularmente, en este último tiempo se viene acrecentando más esta situación en donde el dinero que manejamos habitualmente alcanza mucho menos.
Comparativamente podríamos decir que estamos como en la peor época de la pandemia, hace poco más de 3 años, pero en libertad, o por lo menos sin estar encerrados en nuestros hogares.
Es que, las restricciones vienen por otro lado. Uno se siente desprotegido en todos los ámbitos. Y no tiene sentido enumerarlos, porque seguramente es una lista muy extensa, pero podría ser ese que usted, señor lector, está pensando en este momento.
Vayamos hacia la luz
Puntualmente el servicio de luz eléctrica es quien ha sacado amplia ventaja en el indiscriminado aumento a favor de ellos y con ajuste desmedido para los usuarios. En mi caso personal el incremento pasó de 36 mil a 86 mil.
Y sumado a esta situación la falta de fuentes laborales o cualquier cosa que sea propicia para poder ganarse un mango para llevar al hogar.
Estamos viviendo una situación en donde podríamos jugar al ta-te-ti o al pinochito fue a la feria para ver que dejamos de pagar esta vez.
Sintiéndonos en una situación de ahogo total, comenzando a entrar en desesperación por esta situación, que no es más que una crisis más de las que este país ha atravesado, pero no quita el sentir un presente opresor y un futuro aterrador.
¿A todo esto, quien asume las responsabilidades para con los ciudadanos?
Ojalá que todas las esperanzas que tiene el pueblo sean suficientes para soportar esta soga al cuello que nos han puesto y que cada día se encargan de ajustar más y más el nudo.
Por lo pronto, solo a modo de respuesta voy a parafrasear a Victor Heredia…Me preguntaron cómo vivía, me preguntaron
Sobreviviendo, dije, sobreviviendo…