En el día de ayer dejó este plano Ángel “Vasquito” Maisterrena. Silvina Lavítola, con su hermosa prosa y, desde su corazón, lo despide de esta manera.
Solo se muere quien no es recordado y el Vasquito va a ser recordado con mil anécdotas. Para quien no lo conoció me atrevo a resumir desde mi subjetividad quien era: Era el niño que estuvo el día del remate de Mosconi arriba de un carro hasta que por la tormenta se suspendió. Era el joven que con 15 años fue a trabajar a La Trafalgar con los Anzola, gente a la que tanto respetó. Fue el que hizo mil andanzas en lo de los Ottonello, hogar en el que tanto se divirtió. Jinete de mil historias, el mejor jockey de su época, que en avión lo venían a buscar para que corriera. Dueño del Chiquito Blue. Quien preparaba las carneadas, asaba los mejores lechones, traía la leche recién ordenada, hacia la mejor huerta. Era el que llevaba a caballo a todos los chicos que iban a La Trafalgar. Fue quien durmió mil noches en el Jorly y cultivó una hermosa amistad con la familia Carrizo. Quien se tomó miles de remises para volver al campo después de cobrar. ¡Conocido por tantos!!! Me quedo con todo el amor que nos dio, con las lágrimas de tu amado Bauti, con el sentimiento de Maitena y de Chela. Somos muchos los que no te vamos a olvidar y en nuestros corazones vivirás por siempre. ¡Gracias por todo, Loco!!! Tu Tibe
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