Literatura: Tres poemas de Germán Díaz Compagnoni

El escritor, docente y músico veinticinqueño, nos convida tres hermosos escritos de su autoría. Disfruten.

XXI

Posar  mi probóscide
en tu tierno pámpano
Sin departir  previamente
Para que la oropéndola
que habita en mí, cante solaz.

Decir, también, sin disquisiciones
(mientras tú, a horcajadas,
hundes mi hirsuta pagaya 
en tu sempiterno mar)
Que llevaré tus besos
Como oriflamas.

Y así, mi escuchimizado amor
Dejará de ser mendrugo
De almas desorientadas
Para contigo, columbrar, al fin,
Los decires envidiosos.

LIX

"Su cuerpo desnudo es luz"
Pensó, solitario.
Tirado en el piso frío
Con la pava sobre el repasador
Y la mirada extasiada en verde espuma.

"Su cuerpo desnudo es luz"
Pensó, solitario.
Y spinetteaba  suspiros de fondo.
Luego,
Dio un sorbo, dulcemente,
Y el aire se alivianó, apenas un poco.

"Su cuerpo desnudo es luz"
Pensó, solitario.
Y la efervescencia, de recuerdos
Que alguna vez fueron humedad,
Inundó su ser.

"Su cuerpo desnudo es luz"
Pensó, solitario.
Y cuando ya no esperaba
Salir de la penumbra,
La puerta se abrió,
Y en pocos segundos se iluminó
El sombrío mediodía.

XV

¿Dirás, acaso, que no te amé
cuando amanezca la noche de este amor
y la caricia tibia de un Sol joven
erice nuevamente tu piel?

Interrogo, pues,
¿No pretenderás vivir
en nuestra noche perennemente?

Autor: Germán Díaz Compagnoni


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