El presidente de la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (Ciara) se manifestó al respecto. Además, dijo que “el mundo creció mucho en materia de demanda con nuevos requisitos de calidad y nosotros nos estancamos y no crecimos en nada”, expresa en esta nota ajena a cualquier panorama esperanzador.
(Por Leo Baldo)“El partido lo perdimos. No hay vuelta atrás. Argentina es un jubilado de la agricultura y vamos al fracaso total de la industria aceitera, no hay una sola inversión global que se piense para la industria aceitera argentina. Todo lo contrario: hay visiones globales de desinversión sobre el Gran Rosario”, dijo Gustavo Idígoras, presidente de la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (Ciara).
En este sentido, el dirigente señaló que “desde hace 10 años nos estamos engañando. Desde hace 10 años venimos diciendo que nos ‘comemos a los chicos crudos’ y que vamos a alimentar al mundo, y la verdad es que cada vez alimentamos menos al mundo, que está siendo alimentado por Brasil y Estados Unidos. Hoy, mientras que Paraguay es una topadora, Argentina es un jubilado de la agricultura, porque hace 15 años que estamos absolutamente estancados, como en la producción de soja”.
“Nos felicitamos porque tenemos una buena campaña agrícola cuando es la misma producción que la del 2012/2013. El mundo creció mucho en materia de demanda con nuevos requisitos de calidad y nosotros nos estancamos y no crecimos en nada. No hay una sola inversión global que se piense para Argentina para los próximos 5 años. No solamente eso: hay visiones de desinversión sobre Argentina”, agregó en diálogo con Cadena 3.
El panorama, según Idígoras, no es para nada alentador porque “Argentina, si sigue así, no va a producir más de 15/20 millones de toneladas de soja por año y Bolivia nos va a arrasar y pasar por arriba, ya que en los últimos 15 años creció su producción en 400% y Argentina. Además, Paraguay se va a convertir en la gran fábrica, detrás de Brasil, y por eso en pocos años el polo industrial del Gran Rosario no va a tener ningún sentido de existir”.
¿Qué sucede con el gobierno de Milei y la industria aceitera?
El representante de la entidad sorprendió con la siguiente declaración: “por suerte, por primera vez en mucho tiempo el gobierno de Javier Milei nos permitió volver a mirar el futuro con una mejor perspectiva y no tanto administrar el intervencionismo estatal de todos los días. Milei nos permitió salir del intervencionismo. No es un problema de este gobierno, insisto. Gracias a este gobierno estamos mirando lo que pasa en el resto del mundo, y por primera vez nos preguntamos si no es el momento de cambiar”.
En tanto, amplió la mirada del sector respecto del rol del Estado: “nuestro sector profesa el libre comercio, y por definición nos oponemos y nos opusimos siempre a las regulaciones y las intervenciones estatales, como la ley de biocombustibles. Lo que hicimos ante las avanzadas de regular del gobierno anterior, buscar atemperarlas o administrarlas para reducir el impacto en el mercado. Lo mismo que hicieron tantas otras entidades”.
¿Se puede revertir?
Asimismo, puso énfasis en que tiene “la seria duda de si estamos a tiempo de cambiar. Al día de hoy, Argentina va a al fracaso total de la industria aceitera y hacia la desaparición de la soja. Vamos a volver a 100 años atrás a ser un país de trigo y maíz. “
Las causas de la debacle, según Idígoras, están atadas al “sistema tributario, las falencias logísticas, y las particulares políticas que se tomaron para la agroindustria. Todo eso no dejó que esta industria creciera como debería haber crecido”
La industria en el olvido
“Argentina debería estar compitiendo para ser la biorefinería del mundo y abastecer con biocombustibles para aviación y transporte marítimos para todo el mundo y lo más probable es que en el futuro importemos bio desde Paraguay y Uruguay para abastecer los aeropuertos internacionales”, sentencia presidente de la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (Ciara).
¿Ya cambió?
De esta manera, advirtió que “el libro de la historia se cerró. Ya cambió. El libro del futuro es otro. Es el de la desinversión. Si seguimos con los déficits logísticos, como los problemas que tenemos de la hidrovía, la presión de las retenciones, las internas dentro de la cadena de valor y los problemas laborales cotidianos y sindicales, cuando se plantean exigencias salariales como si estuviéramos en Disney, el futuro es negro. En realidad, ya el presente es negro. El resto del mundo ya se lleva todas las inversiones. Brasil y Estados Unidos absorben el crecimiento de los próximos diez años. Argentina tendrá cero inversión. Y desinversión. Veo un proceso muy duro y a esta altura irreversible”, manifestó Idígoras.
En esta línea, consignó que “el driver actual es otro: es la energía. Las empresas petroleras van a ser los grandes originadores (compradores) de granos en los próximos 20 años. Chevron, Shell, YPF, y todas las petroleras, no van a perforar más porque van a originar granos para convertirlos en bioenergía de segunda y tercera generación que van a suplir plenamente a los combustibles fósiles porque tendrán que abastecer millones de litros a nivel global. ¿Adonde lo van a hacer?”.
Y siguió: “hoy por hoy, en Brasil y Estados Unidos, porque Argentina tendrá una cuota mísera en participación internacional y probablemente termine siendo un país de exportación de maíz porque no tenemos la capacidad para industrializarlo, y nos va a costar hacerlo porque Brasil ya nos ganó esa carrera. Así que le venderemos maíz al sudeste asiático y a Brasil y algún cultivo bioenergético, como la camelina o la carinata, o la colza que le venderemos a Brasil y a Estados Unidos, en grano. A las petroleras de allá para que lo procesen allá”, finalizó Idígoras tras una extensa entrevista con el medio rosario3.
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