inundaciones carbap

El exceso de precipitaciones, muy por encima de los promedios históricos y prolongadas incluso durante el invierno, sumado a la falta de obras o mantenimiento adecuado de la infraestructura hídrica, dificulta el escurrimiento del agua.

Las inundaciones en el centro-oeste de la provincia de Buenos Aires se profundizaron tras las últimas lluvias, dejando 711.343 hectáreas bajo el agua o anegadas, según un relevamiento de la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap). Casi la mitad de la superficie afectada se concentra en los partidos de Bolívar, Carlos Casares y 9 de Julio, que acumulan unas 319.000 hectáreas comprometidas.

El exceso de precipitaciones, muy por encima de los promedios históricos y prolongadas incluso durante el invierno, sumado a la falta de obras o mantenimiento adecuado de la infraestructura hídrica, dificulta el escurrimiento del agua. Esta situación impacta directamente en la producción agropecuaria: en varias zonas no se pudo sembrar trigo y existe riesgo para la próxima campaña de soja y maíz. La cosecha pasada aún no concluyó, con lotes de maíz sin levantar por la imposibilidad de ingresar a los campos o transitar los caminos rurales.

El relevamiento, realizado con imágenes satelitales entre el 7 y el 10 de agosto, identificó a 9 de Julio como el partido más afectado, con 118.929 hectáreas inundadas o anegadas, seguido por Bolívar (100.123) y Carlos Casares (100.057). Otros distritos afectados incluyen 25 de Mayo, Pehuajó, General Alvear, Saladillo, General Viamonte, Hipólito Yrigoyen y Bragado.

Las lluvias saturaron los suelos y provocaron desbordes de canales y alcantarillas. En algunas localidades, las obras de desagüe favorecen un drenaje más rápido, pero en amplias áreas el agua solo se retirará por evaporación, algo que podría ocurrir recién en noviembre.

Ganadería y lechería también sufren las consecuencias

La crisis hídrica no solo afecta a la agricultura. La ganadería y la lechería enfrentan serias dificultades: en algunos casos debieron cerrar establecimientos, trasladar haciendas o desechar producción láctea por problemas logísticos. Los caminos rurales, en gran parte intransitables, complican el acceso de maquinaria y el transporte de la producción.

Autoridades locales y provinciales trabajan en la limpieza de canales y el mantenimiento de caminos, aunque reconocen que la magnitud de las lluvias supera la capacidad de la infraestructura existente. Productores y entidades del sector insisten en la necesidad de acelerar obras estratégicas, especialmente las vinculadas a la Cuenca del río Salado, para mitigar el impacto de futuras inundaciones.

El pronóstico advierte que podrían registrarse nuevas lluvias importantes en los próximos días, justo antes de la primavera, temporada en la que históricamente aumentan las precipitaciones, lo que podría agravar aún más la crisis hídrica en la región.

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