En el año 2010, Laurie Anderson, celebraba su 63º cumpleaños y ponía en práctica uno de sus sueños.
La cantante, violinista, poeta, dibujante y artista experimental de performance y pareja del ya fallecido Lou Reed, ofrecía un concierto para perros.
Ese día fundó un curioso cóctel melódico frente a la ópera de Sidney (Australia).
Durante 20 minutos, combinó sonidos solo perceptibles para el oído de los perros ejecutados con silbatos y aparatos electrónicos, con notas extraídas de instrumentos de viento y cuerda.
La división de las gradas en áreas reservadas para perros grandes, medianos y pequeños ayudó a mantener la fiesta en paz. «No sabemos qué tipo de música les gusta a los perros», dijo.
Aunque alentó con energía a los canes, no arrancó ningún movimiento de cadera o de pata del público. Solo hubo algunos aullidos y ladridos difíciles de clasificar.
Aquel concierto fue una de las curiosidades del Vivid Live Arts Festival. Luego se convirtió en un documental.
Acá debajo, el trailer:
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