El origen de la celebración se remonta al 20 de julio de 1969, fecha en el que la misión estadounidense Apolo 11 colocó a los primeros hombres en la Luna: los astronautas Neil Armstrong y Edwin F. Aldrin.
Fue el odontólogo, psicólogo, filósofo, músico y locutor de radio argentino Enrique Febbraro quien, al ver el histórico alunizaje, consideró que ese momento fue único tanto desde una perspectiva histórica como sentimental y envió más de mil cartas a diferentes ciudades del mundo para contar su propuesta de asignar ese día como el Día del Amigo.
“Empezó a mandar cartas y se tomó el trabajo de contactarse con un montón de gente. Pidió que esa fecha sea considerada como el Día del Amigo tanto en Argentina como en otros países del mundo”, contó Juan Carlos Protic, amigo de Febbraro.
La iniciativa tuvo tal impacto en el país que, en 1979, la Ciudad de Buenos Aires decretó que esta festividad se celebraría cada 20 de julio. Luego, la iniciativa se extendió al resto del país y llegó a Brasil y Uruguay.
Credo de la amistad, de Elena S. Oshiro
Este poema, de la médica y periodista Elena S. Oshiro, supone toda una declaración de confianza a los amigos, quienes están ahí siempre en lo bueno y lo malo.
Creo en tu sonrisa, ventana abierta a tu ser. Creo en tu mirada, espejo de tu honestidad. Creo en tus lágrimas, signo del compartir alegrías o tristezas. Creo en tu mano siempre extendida para dar o recibir. Creo en tu abrazo, acogida sincera de tu corazón. Creo en tu palabra, expresión de lo que quieres o esperas. Creo en ti, amigo, así, simplemente, en la elocuencia del silencio.
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