Ensayo sobre la nostalgia

“Y todo aquello que quería destruir y combatir fuera de mí, estaba dentro de mí”, dice una parte del texto.

(Por Cecilia Stella)

En algunos momentos de mi adolescencia, pensé que todo lo nostálgico estaba unido al paso del tiempo, por lo tanto como en aquel momento para mí no existía el tiempo, porque el tiempo, era el de mis padres o el de mis abuelos, sostenía que la nostalgia les pertenecía a ellos. Era algo imposible de sostener, era algo imposible de vivir. Para mí era un estado del cual no tenía ninguna información. Y si alguien hablaba de la nostalgia, en mí, era sólo un hecho auditivo, porque jamás lo podía reproducir en la escritura. Quizás el miedo a que esa palabra fuera un lastre en mí, ni siquiera la nombraba, sólo dejaba que otros, los otros la nombraran. Era un lazo virtual, y lo corroboraba cuando escuchaba a mis abuelos, que no eran nostálgicos, pero, pero, de alguna manera vislumbraba en sus comidas, en sus cánticos navideños la nostalgia. Con el tiempo me di cuenta que era unir rápidamente lo anterior con el presente, no podía y no puedo pensar en la nostalgia, como palabra definitoria del presente, – estoy nostálgica por aquel recuerdo, que supongo jamás volveré a vivir. Después las muertes, los faltantes, me hicieron pensar en la nostalgia. Ya era adulta, la silla vacía, la canción faltante o presente en las navidades, eran nostalgia. Los olores que muchas veces trate de reproducir y que apenas lo logré, eran la faltante, eran la nostalgia de no volver a tenerlos. Hasta la expansión de los hechos políticos y sociales, que no viviría otra vez, me certificaban que aquello que durante algunos años negué, era inherente a nosotros, los humanos.

Y todo aquello que quería destruir y combatir fuera de mí, estaba dentro de mí. Muchas veces me pregunté si estaba dispuesta a separarme de ella, y llegue a la conclusión que sería imposible, por que dejaría detrás toda mi historia, hasta que comprendí que nada tiene que ver la nostalgia, con la tristeza, suponía que lo nostálgico, era tristeza. Y que el interrogatorio dentro de mí, era simplemente un boicot a mi alegría existente.

Un día llegando a La Lombardía, zona donde nacieron mis abuelos, sentí como que ya la había conocido, yo, ya había estado allí, y me dije es el lastre, es el recuerdo nostálgico que me trasmitieron mis abuelos, fue inmensa la alegría que sentí y sí, la nostalgia de recordarlos, era cosa de amor.- Allí pude separar la sensación, nostálgica de la tristeza. Allí pude definir, y comprobar que la nostalgia era un recuerdo pasado, una foto anterior, un hecho que me tocó vivir tan plenamente que jamás volvería a reproducirse. Cada vez que trato de releer los libros que ya he leído, inmediatamente la nostalgia me recuerda aquel momento en que lo compré. Cada vez que trato de revivir la emoción de una lectura precedente, extraigo impresiones distintas e inesperadas y no encuentro las de antes. Nostalgia de no sentir aquello que sentí hace años. Supongo que esto de dibujar, y esto de escribir, hace que abuse de la nostalgia, simplemente para mi provecho, porque puede quitarme de un soplo alguna tristeza. Confundir la nostalgia con la tristeza, seria sacarle toda la alegría que posee.

Ilustración: Acuarela
ELENA BARBERINI.

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