Mi perro no comió

Relato breve

(Por Cecilia Stella)

Todo lo que podría haber sido fuente de placer, de inocente armonía sensorial, se ha convertido en fuente de dolor y sufrimiento. A la vez siento con una violencia increíble, la posibilidad de la alegría.

Desde hace tiempo camino junto a un fantasma que se me parece y vive en un paraíso teórico en estrecha relación con el mundo. Durante un tiempo he creído que tenía que reunirme con él. Ya no.

Me interno en el bosque, ya no sé dónde están las fuentes del placer, aún sigo buscando, estoy en el ojo de la tormenta, siento la piel como una frontera, la sensación de separación es total, estoy prisionero en mí mismo, no habrá fusión, fallé en la convivencia, son las dos de la tarde y mi perro no comió.

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