Nicolás Viceconte participó de la carrera que organizó el Circuito OWA en la localidad de San Pedro el sábado pasado. Atravesó parte del bravo e impredecible río Paraná. Además, en esta entrevista, reflexiona acerca de la natación en aguas abiertas, la seguridad y se suma al pedido de una piscina climatizada que funcione en 25.
(Por Leo Baldo)
“La carrera constaba de 7 km al llegar me entero que eran nueve, así que la verdad que hay un susto medio grande porque no era la distancia que yo había pensado, eso 2 km más es mucho tiempo. Hasta terminar la competencia me di cuenta de que eran 9800, me lo marcó el Garmin de un compañero que iba nadando a la par mío, que era de Uruguay”, relata el nadador veinticinqueño y amigo de la casa.
Nicolás es guardavidas. Volvió a nadar en Bragado Club los primeros días de marzo de este año cuando apenas había cerrado la pileta del Club Sportivo, acá, en 25 de Mayo: “estuve dos semanas sin hacer nada y arranqué en la ciudad vecina”, manifiesta. Necesidad de agua. Elemento, vida. Nado y demás disciplinas en ella.
“Me habían recomendado al profesor José Viotti. José un monstruo. La verdad que se destaca en lo que es natación. En la zona creo que es un tipo privilegiado”, declara Viceconte.
Considera que su entrenador sabe muchísimo. “Lamentablemente se fue del país por la situación que estamos atravesando. Fue a buscar un mejor estilo de vida”.
Tras la partida de José, pasaron a tener otro profesor. Se trata de Matías Calisti, “que fue el profe que corrió conmigo allá a San Pedro. Él nadó 21 km y yo nadé 9800”, expresa nico. Un gran nadador, de perfil bajo, humilde y que ya participó de otras competencias en aguas abiertas.
DISCUSIÓN. ¿TODOS LOS GUARDAVIDAS SON NADADORES?
Esto es algo que se plantea en el ambiente de las aguas abiertas. Nicolas, dice: “Mira, te doy un ejemplo que viví hace poco- cabe destacar que yo nunca trabajé de guardavidas-, me recibí. Solamente hago acompañamiento en escuelas o a alumnos de guardavidas en alguna salida, nunca laburé en playa, ni en pileta”.
“En una charla que mantuvimos en Facebook unos guardavidas discutían. Se decían lo siguiente- si somos guardavidas vamos nadando de Miramar a Mar del Plata a ver quién llega primero”. Vale destacar que ese tramo de nado no se hace más. De ahí se adapta la Capri- Nápoles.
Nicolás argumenta de manera clara que “eso no representa lo que es guardavidas. Yo creo que guardavidas es la seguridad que vos brindás. Me pasó en mis guardias que tuve de profesor director al Polaco Bernard, que fue el director de la carrera de guardavidas en Saladillo. Mientras yo estaba en el puesto escuchaba detrás mío que la gente iba a esa playa exclusiva porque estaba él a cargo de la seguridad”, define.
“El guardavidas es seguridad”, reafirma, pero considera que hay guardavidas nadadores que jamás pierden la pasión por el agua. “Son delfines. Tipos con 70 años que te cruzan muchos metros en el mar, para adentro, muchas veces con corrientes bravas: ¿Cómo hace este tipo? Y sí lo hacen como que nacen con eso”.
LA NATACIÓN PARA NICOLÁS
“Creo que me encontré en el agua por así decirlo, me encontré personalmente siempre saltando de deportes en deportes y no me encontraba en ninguno”. Ser para nadar.
El deportista cuenta: “hice atletismo por un año y medio. Iba a todas las competencias todos los domingos, la competencia me gustaba, pero creo que lo que más disfrutaba era el después. Juntamos a comer con los chicos, disfrutaba más de eso que de la carrera en sí y abandoné.”
Asimismo, añade: “También, a principio de año, cuando empecé a nadar, dejé de hacer atletismo y me di cuenta de que lo que me gusta es nadar. Disfruto nadar estando en pileta, disfruto nadar estando en el en aguas abiertas. Creo que la sensación es única. No sé si te acordás, una vez en la laguna de todos los santos me dijiste -Nico, pará un cachito, tírate abajo del agua y mirá el cielo, el sol-. Era un día espectacular, -un día peronista-, dijiste vos también. Y nos quedamos los dos bajo el agua mirando el cielo”, recuerda. La apnea es buena para la distancia en aguas abiertas. El juego, dejarse llevar. Un poquito de Mayol en cada cuerpo de los nadadores.
“Agua somos con la naturaleza. Somos uno. Bajo el agua no hay inconveniente, no hay problemas, no hay trabajo, no hay nada. Sos vos y el agua. Esa es otra, no tener el teléfono en el bolsillo, no estás escuchando música. Sos vos”, reflexiona el deportista de manera emotiva.
¿AGUAS ABIERTAS O PISCINA?
“La piscina creo que es más para entrenar, para detallar técnicas, entre otras cosas, pero sí, yo prefiero agua abierta por la naturaleza. El aire no tiene cloro, no tenés agua caliente, no estás encerrado, no tenés un techo. Creo que nadar, mirar para arriba, o mirar los árboles a los costados no tiene precio”, expresa el nadador.
LA NECESIDAD DE UNA PISCINA CLIMATIZADA EN 25 Y UN ELOGIO AL BRAGADO CLUB
Nico nos comenta que el club vecino es “hermoso, me encanta, súper organizado nunca un inconveniente con nada, la verdad que entrené todo el año”. Dicha pileta es semiolímpica, de 25 metros. Sin embargo, se detiene y dice lo siguiente:” Si fuera por mí iría toda la semana. Ahora estoy entrenando tres veces por semana y, el profesor me quiere entrenar cinco veces por semana”. Combustible, más cuota y otras cosas, dificultan el viaje de 42 km diarios.
En este sentido, nico, quien también es docente, dice “25 se necesita una pileta, se necesita más que nada por el tema de rehabilitación. También hay muchos abuelos que lo necesitan. Se puede trabajar a través de PAMI, pueden abrir la carrera de guardavidas, la carrera de Educación Física en 25. No sé si lo están evaluando desde el municipio”.
“Yo tengo que viajar tres veces por semana y, próximamente cinco. Salgo a las seis de la tarde y vuelvo a las 9. Tiempo, combustible. Lo disfruto, pero claro que me gustaría agarrar la bici e ir a entrenar a una piscina en mi pueblo”, suma Viceconte.
AGRADECER ES NADAR
“Agradezco más que nada a mi familia, como siempre, que me acompaña a todos lados y me presta el vehículo. A mi novia, que me acompaña también a todos lados, que me espera, espera que llegue con los nervios y todo. Yo le dije el sábado- a las 12 vuelvo, -esperame con la comida-, y terminé llegando a las 2 de la tarde; se me atrasó un poquito el reloj, pero bueno, no, no sabía que era tan larga la distancia al final”. Cuanto amor hay ahí. Se brinda por eso.
Además, incluye en los agradecimientos a su profesor, quien lo motiva a todos los días con las charlas todos los días y lo entrena.
Ese sábado el río fue río y la temperatura cambió. Nico es un nadador de aguas frías. Él lo sabe. El Paraná estaba a 16 grados. “Sacaron personas con principio de hipotermia”, narra.
“La verdad, por suerte, por mi pancita, lo aguanté bastante bien, salí caminando como si nada, pero bueno, leo, la verdad que eso es un detalle”, finaliza el nadador.
¡Felicitaciones, Nicolás!
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